Este sábado 16 de mayo nos fuimos a Cudillero Alejandro, Klever y Alfonso, además de Klever senior, Agustín y Rafa.
Llegamos y aparcamos en el puerto. Tras caminar hasta el centro urbano, nuestro primer objetivo fue subir por unas escaleras y sendas escarpadas en la zona este del pueblo hasta alcanzar una antena. El paisaje era espectacular y mejoraba con la altura, pero allá arriba no encontramos ningún sitio para comer bajo la sombra ni tampoco caminos que llevaran hasta los acantilados, así que retrocedimos un poco para almorzar en un mirador sobre el faro. Ahí Rafa sacó su flamante hornillo, pero fue Klever padre quien tuvo la sartén por el mango. Prepararon huevos fritos, panceta en taquitos y lomo, tan deliciosos como las vistas. Después quisimos acercarnos al faro pero el paseo estaba cortado por destrozos causados por el último temporal. Exploramos la zona oeste en busca de playas, pero estábamos en plena pleamar, así que si había alguna estaba bajo las olas. No nos íbamos a quedar sin chapuzón, así que subimos a la furgoneta y en unos minutos nos plantamos en la Conche de Artedo. Al llegar la playa que quedaba era de cantos rodados, lo que hacía complicado andar descalzo. Aún así, nos bañamos primero en el mar y luego en el riachuelo que atraviesa la playa. Al regresar nos llevamos unas cuantas piezas de leña para nuestra próxima chorizada, que será, si no nos llueve, el próximo sábado 30 de mayo.